Compañero
Actualizado: 19 sept 2022

¿Qué debes hacer cuando conoces a la persona con quien quieres compartir tu vida, pero no quieres perder lo que valoras de ella, por estar con él? Esa fue la pregunta que me hice el 16 de junio de 1822, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas; y que más tarde me repetí en el baile del municipio.
Desde muy pequeña, la revolución marcó mi camino con pequeños pero significativos detalles, como cuando veía los desfiles de los prisioneros de los españoles sentada frente a la ventana de mi casa; o cuando me enteraba de las hazañas de doña Manuela Cañizares, a quien considero una heroína no solo por su valentía, sino por que hizo de su casa, el hogar de la revolución, acogiendo a los conspiradores para que pudieran reunirse y planear una salida a la colonización española.
La pasión nunca me fue esquiva, pero el amor ha sido en mi vida un perro traicionero, que muerde la mano de quien le da de comer, uno que me llevó a vivir un matrimonio sin amor. Cuando era una adolescente, luego de varios años refugiada con mi madre en nuestra hacienda de Catahuango, en donde logré además de aprender a comportarme en sociedad, manejar las artes del buen vestir, el bordado y la repostería, también a ser una excelente amazona; al volver a ciudad con tan solo diecisiete años, unos meses después de que mi madr