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Comida Familiar

Actualizado: 20 nov 2021


-No voltees pero… te acuerdas de la mesa familiar que vimos cuando estábamos caminando hacia nuestra mesa. -me pregunta mi novio, agarrando mi mano para evitar que gire mi mirada de manera indiscreta hacia la mesa que me acaba de indicar. Lo miro a los ojos y puedo ver que está particularmente apuesto esta noche, con una corbata, una camisa negra y un vestido negro, un look clásico que lo hace ver imponente. Su peinado está algo despeinado a esta hora de la noche, por lo que se ve un poco rebelde, con un aire juvenil y juguetón que me encanta, eso sumado a la costosa colonia que tiene mi corazón saltándose un latido desde que me recogió en mi casa, me hacen ser la mujer más envidiada del restaurante.

-Como olvidarla, eran por lo menos 9 personas, entre ellas una mujer embarazada muy hermosa. - de hecho, me pareció conocer a la mujer pero pasamos tan rápido que no estoy muy segura.

-Creo que debes acomodarte mejor, porque por lo que intuyo, se viene una tormenta de grandes magnitudes y no quiero que te la pierdas. - me dice mi pareja, mientras se pone de pie para correr mi silla y que pueda desplazarme del puesto que se encuentra enfrente al suyo, al que está a su lado, permitiéndome así tener una visión perfecta de la mesa familiar.

-¿Les podemos ayudar? -pregunta solícito el mesero, justo en el momento en que se desata el caos en la mesa en cuestión.

-¡¡¡Eres un desgraciado!!! -le grita la mujer embarazada al hombre sentado a su izquierda, mientras le riega toda la jarra de sangría en la cabeza. Es importante que recordar que esa jarra cuesta $450 dólares.

-Margaret, puedes tranquilizarte y no hacer una escena. -Le dice una señora mayor, creo que su madre, quien esta horrorizada ante el comportamiento de la mujer. No estoy muy segura de si su mamá desconoce que el tiempo para no hacer escándalos paso hace una jarra de Sangría.

-¡¡¡Que me tranquilice!!! el coquetea con la mesera y yo debo tranquilizarme. -dice Margaret, creo que después de presenciar este escándalo podemos entrar en confianzas. El pobre hombre no sabe cómo actuar, por lo que sólo trata de esquivar los alimentos que ella le sigue arrojando.

-¿Cuál mesera? - me volteo a preguntarle a mi novio y descubro que todo este tiempo se la ha pasado mirándome a mí, en vez de la escena que tenemos en frente. -Se puede saber ¿por qué estás mirándome a mí y no a la escena del fondo? -me mira sonriendo, me acaricia la mejilla y me dice.

-La pobre chica que está aterrada llorando al lado del barman.

-¿Cómo?

-La mesera que me acabas de preguntar, es la pobre mujer en delantal que está de pie al lado del barman. -Me señala con discreción la mujer que llora desconsolada en los brazos del barman.

- Pero… ¿ella ha estado sirviendo las mesas?, ¿por qué no la vi antes? -de verdad no entiendo, es una joven preciosa.

-Porque no estabas prestando atención. -Me dice como si fuera lo más lógico.

-A ver, sí estaba prestando atención, solo que no al servicio. -en ese momento me veo interrumpida por un grito procedente de Margaret.

-¿Cómo es posible que en un restaurante de dos estrellas Michelin, le permitan al personal vestirse como autenticas prostitutas?

-Señora le pido por favor que mantenga el decoro, este es un restaurante que se caracteriza por su excelente servicio, la calidad de la comida y el ambiente, elementos que brindan una experiencia gastronómica completa y memorable a nuestros clientes, experiencia que se está viendo arruinada por este espectáculo. -le dice el mesero de manera respetuosa, pero bastante categórica.

-¿Me está sermoneando? -le dice la mujer embarazada poniéndose de pie. Ahora que puedo verla de pie, tengo la sensación de que la he visto antes, pero no puedo recordar dónde.

- Si la conoces -me dice mi novio al oido, asustándome un poco.

-¿Cómo? -Me volteo para verle mejor.

-Que en efecto has visto antes a la mujer que está haciendo este espantoso espectáculo.-Me dice acomodándose mejor en su silla.

-Tengo miles de preguntas para hacerte... -Es que tengo miles de preguntas.

-Yo espero poder responderlas todas.

-No entiendo.. la verdad es que no estoy entendiendo muy bien la situación, primero ¿por qué no has estado pendiente de todo este espectáculo?

-Porque cuando estoy al lado tuyo, no hay algo que me interese más que tú.

-Awww, eres el más romántico del mundo, además del más apuesto. -el momento se ve interrumpido por el sonido de un plato chocando contra el piso.

-Jamás pisaré este antro de nuevo. -Dice la mujer recogiendo su bolsa de mano.

-Espero que esa sea una promesa. -le dice el dueño, que ha salido de su oficina para detener la escena.

-Julian, me comprometo a pagar los daños. -Dice el padre de la mujer, o al menos creo que es el padre.

-Mientras se comprometan a no volver a mis restaurantes, con eso me basta. Ernesto -dice llamado al guardia de seguridad del restaurante -les puede enseñar a estos amables señores la salida. -Cuando el guardia de seguridad se acerca para guiar a la embarazada hacia la salida, reconozco que he visto a la mujer antes, lo que no logro es ubicar ¿dónde?.

-Has visto antes a esa mujer, porque hace dos años ese hombre era yo.

-¿¿Cómo?? -se me ha caído la mandíbula al piso, me volteo para verle a la cara.

-Ella fue mi prometida. -me dice mientras saborea una copa vino.

-¿Es posible que dejes de degustar el vino y me expliques lo que acabo de oír?

-Es muy buen vino.

-Hay toda una botella y si quieres pido otra. -no quiero saber de vino y aunque el alboroto sigue a mis espaldas, me interesa más saber lo que mi perfecto novio tiene que decirme.

-¿Por qué no me preguntas lo que quieres saber y nos ahorramos...? -me importa muy poco lo que podemos ahorrarnos y procedo a preguntar.

-¿Por qué la conozco?


-Porque la viste en una foto que tiene Andrés en el Facebook.

-Oh!! la foto!! -Hace una semana vi a mi hermoso novio muy sonriente abrazado con esa mujer, aunque menos embarazada.

-¡¡La foto!!, esa que te puso de los nervios de punta y por la que has estado de malas pulgas conmigo toda la semana.

-No he estado de malas pulgas contigo.

-Es cierto, al parecer según Adriana, lo has estado con todos en tu entorno. -Adriana es mi ex-mejor amiga, digo ex porque mañana a primera hora la mato.

-No la vas a matar, de hecho estoy muy agradecido con ella.

-¿¿Por??

-Porque de no ser por ella, habría pensado que te estabas aburriendo conmigo.

-¿Aburriendo contigo? ¿Porqué habría de estarlo? -Su afirmación me de confundida.

-No sé como decir esto sin sonar melodramático.

-De frente y sin rodeos, por favor.

-Entiendo que con tu antiguo exnovio tenias una vida llena de peleas, idas y venidas, por lo que me preocupa que encuentres nuestra estabilidad algo aburridora.

-A ver, vamos despacio, creo que lo que Adriana no te dijo es que esos ires y venires fueron la razón por la que termine con el bicho maléfico del ex, a quien no vamos a llamar por su nombre. Obvio que no encuentro nuestra tranquilidad aburridora, de hecho es de las cosas que más valoro de nuestra relación.

-Me alegra saber eso, pero como nunca lo habíamos hablado, tu estado de ánimo esta semana me tenía bastante preocupado hasta que hablé con Adriana, quien me aclaró todo el asunto. - ¡le voy a arrancar la lengua!

-Ah si y ¿qué te dijo mi ex mejor amiga?-Este comentario le hace sonreír.

-Que habías visto una foto mía con la mujer embarazada, quien no sobra decir que aún continua haciendo un escándalo descomunal y que al ver que era según tus palabras "preciosa y perfecta", empezaste a pensar que tal vez no estabas a la altura de la situación. -eso suena bastante refinado para venir de mi amiga.

-¿Eso te dijo ella?

-No con esas palabras, pero lo importante es que me dijo que el conocer a mi ex-prometida, te había dejado un sinsabor y por eso estabas incomoda conmigo.

-¡No estoy incomoda contigo! -es lo más falso que he dicho en muchos años.

-Tiene todo el sentido que me digas eso, entonces esa incomodidad no es la razón por la que has trabajado doble jornada y has evitado todo encuentro conmigo.

-No he evitado encontrarme contigo.

-Me mandaste a llamar por tu asistente para decirme, 30 minutos antes de nuestro almuerzo el día de ayer, que no podías llegar a nuestra cita. Hecho que ya sabía, porque ya estaba en el restaurante y tú no estabas ahí.

-Eso que significa.

-Que eres la mujer más puntual que conozco, por eso sé que si no has llegado con 30 minutos de antelación, es que algo te ha sucedido. -Vengo de padre alemán, la puntualidad me fue inculcada desde pequeña.

-Se me presento… -me interrumpe y no me deja terminar.

-Me acabas de decir la primera mentira en dos años, te pido que no comiences un camino que no quisiera recorrer contigo .-esa última frase me quita el aire. -No, no estoy terminando contigo, de hecho todo lo contrario.

-Martín no entiendo nada, la verdad es que desde que comenzó el espectáculo entiendo muy poco de toda la situación. -De verdad que estoy perdida.

-Deja de pensar por un minuto y permíteme explicarte lo que está pasando. -como la curiosidad es uno de mis peores defectos, no puedo evitar arriesgar un ojo para ver que ha pasado con la familia del fondo.

-José pagó por todo y se fueron a otro lado, creo. -lo miro extrañada. -Su padre se llama José, el hombre mayor quien ha tenido que pagar los daños y se ha llevado a toda su familia.

-Perdón.

-No tienes porque disculparte, te conozco y sé que eres una mujer curiosa. Ahora que hemos aclarado el final de esa historia, ¿podemos enfocarnos en la nuestra?

-Si, perdona.

-Empecemos por el comienzo. -le digo recuperando un poco el control.

-Me parece perfecto.

-Lo primero que quiero que sepas es que no estaba curioseando tu perfil. -Me parece importante que lo sepa.

-Lo sé, estabas curioseando el perfil de Andrés. -Me dice.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque Adriana me lo confesó, justo antes de que le dijera que no buscara lo que no se le había perdido, porque Andrés la adoraba pero que debía saber que antes de conocerla no había sido un santo y que si seguía buscando en su pasado, se podía encontrar con más muertos que el cuarto de Barba Azul.

-Eso es un poco exagerado, ¿no crees?

-De hecho me quedé corto, los cadáveres de Andrés son bastantes y no estoy seguro de que ella pueda vivir con ellos, pero eso no es lo importante, el hecho fue que le dije que si quería a Andrés tendría que confiar en él.

-Todo muy bonito, pero conociéndola…

-Si ya sé, perdí uno de mis mejores consejos, pero de nuevo ella no me preocupa, es más ni siquiera me ocupa. Me preocupas tú. -justo en ese momento llega otra botella del mismo vino que estábamos bebiendo.

-Es una invitación de la casa por las molestias causadas por el espectáculo que acaba de ocurrir. -nos indica el capitán de servicios.

-Muchas gracias, ¿es posible que nos garantice privacidad hasta que les indique lo contrario? -Le dice Martín un poco molesto por la interrupción.

- Pero por supuesto señor Dupont. -Le contesta el capitán de servicios, quien se retira de manera discreta.

-¿En qué íbamos? -Me pregunta tratando de recuperar el hilo de la conversación.

-La foto…

-Verdad... la foto, sucedió poco antes de termináramos la relación, en un viaje que hicimos con Andrés a Villa de Leyva. -me dice mientras me sirve una copa de vino.

-Andrés propuso el viaje porque yo tenía mis dudas acerca de pasar el resto de mi vida con ella.

-Con la mujer embarazada.

-En efecto, en ese momento no estaba embarazada.

-Pero si es una mujer hermosa. -De verdad que es preciosa.

-También es buena conversadora -al ver mi incomodidad termina diciendo -eso es todo lo que voy a decir sobre ella.

-Por mi no te cortes. -porque no más bien vas y te cambias por el pobre sujeto empapado, si mal no recuerdo era realmente apuesto, es más, podemos hacer un swinger, tu vuelves con la miss perfecta y yo me quedo con el hombre mojado.

-No vamos a cambiar.

-¿Lo dije en voz alta?

-Si lo dijiste en voz alta y no es miss perfecta, ¿acaso no viste la escena que acaba de hacer en pleno restaurante?

-Cierto.

-Aunque me ha dolido un poco eso de que te haya parecido apuesto su esposo.

-No sé si es buen conversador. -Eso le hace reír.

-Buen punto, el caso es que yo estaba inquieto acerca del matrimonio porque ya habíamos tenido varias situaciones parecidas a la que acabas de presenciar y la verdad es que no me imaginaba una vida en la que no pudiera ir a restaurantes o lugares donde hubieran otras mujeres hermosas, porque podría estallar la Segunda Guerra Mundial.

-¿Osea que esta no es su primera vez?

-No, no lo es, de hecho ya habíamos cancelado el compromiso dos veces. -esa información me confunde un poco. -Que porque seguía con la boda, porque ella me prometía que iba a cambiar y bueno, yo la amaba, por eso siempre quería creerle.

-Entonces, ¿qué pasó? -tampoco estoy para oír la versión extendida.

-Que apareciste tú.

-¿Disculpa?, ¿yo qué tengo que ver? -antes de que empiecen a juzgarme, yo lo conocí soltero, o al menos eso pensaba.

- Tu no lo recuerdas, pero nos conocimos antes de que fuera a tu firma.

-¿Cuándo?, creo que lo recordaría. -Es un hombre de 1.96, no es como que pueda pasar desapercibido.

-No me mires así, tu me diste tu tarjeta.

-¿Cuándo?

-En Villa de Leyva, no me interrumpas o no vamos a terminar hoy. Yo estaba cenando con Andrés y bueno estamos los cuatro, Margaret estaba teniendo una rabieta de padre y señor mío por una mesera, cuando llegaste corriendo con tu mamá, creo que estabas haciendo un competencia con ellos porque tu papá llegó después.

-¿Me recuerdas para qué fecha? -A ver si me ubico en la fecha, porque no tengo idea de lo que me está diciendo.

-Nos conocimos el lunes siguiente.

-Ok, el día de las velitas 7 de diciembre.

-Si señora, ese día, estabas preciosa, tenías dos trenzas, parecías Pippi Longstocking y yo no pude evitar mirarte, lo que desató que Margaret tuviera la intensión de terminar la rabieta contigo.

-No me lo creo, porque yo no te recuerdo.

-Porque mido 1.96 y la detuve antes de que se acercara a ti.

-Pero para que se iba a acercar.

-Eso es lo de menos, el hecho fue que cuando llegaste, no te fijaste en el escándalo porque estabas concentrada comprándole a tu padre la última galleta de avena que tenían en el restaurante, antes de que otro la comprara.

-Ya recuerdo, me la regaló el restaurante. -Mi comentario le hace reír y puedo comprender que no me la regaló el restaurante. -¿Me la compraste tu verdad?

-En efecto, justo antes de decirle a Margaret que ella no podía cambiar y que no tenía que hacerlo, que el hombre que la amara de verdad, la querría como es. Luego le prometí que me ocuparía de todo lo concerniente a la cancelación de la boda y me paré a pagar nuestra cena.

-Pero, ¿cuándo te entregue mi tarjeta?

- Cuando me acerque donde estabas a pagar la cuenta, tu te volteaste muy rápido y …

-Te tire mi limonada encima. -Lo recuerdo todo, porque estuve el resto de las festividades buscando el torso de mi futuro esposo, o al menos eso le decía a mi mamá.

-Efectivamente me tiraste tu limonada y muerta de la pena me diste tu tarjeta para que te enviara la cuenta de la lavandería.

-Por cierto no me la enviaste.

-Pensé que lo mejor era entregártela en persona, pero cuando llegue a tu oficina no te acordabas del incidente.

-Si me acordaba, lo que pasó es que no...

-No reconociste que era yo, el caso es que yo no quería que me pagaras la cuenta de la lavandería.

-Ah no, entonces ¿qué querías?

-Quiero que seas mi esposa. -Me dice sacando el anillo más hermoso que haya visto jamás.

-Pero antes de que me digas que sí, quiero que entiendas que no deseo a otra mujer y que no hay punto de comparación entre tú y mujer alguna.

-Aww, te quiero -le digo acerándome para darle un beso.

-Y yo a ti -me besa con pasión dando por terminada la comida familiar y empezando nuestra cena para dos.



Nickole Naihans L

Nickole Naihaus L

Nickinaihaus

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