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Foto del escritorNickole Naihaus L

Costilla

Actualizado: 13 ago 2022


En medio de la humedad y el frío de calabozo en donde estamos desde que las tropas realistas nos apresaran en la ciudad del Socorro, puedo escuchar como las ratas esperan en las esquina a que alguna de nosotras muera y así poder darse un festín con su cuerpo; y aunque parece increíble el olor rancio y penetrante de nuestras propias necesidades ya no me molesta, al parecer mi nariz ha logrado la resignación que mi espíritu se niega a alcanzar. Trato de encontrar un poco de paz en medio de tanta desesperanza. y justo cuando las penas me comienza a agobiar, se acerca a mi una compañera de lucha, una mulata hermosa, acuerpada, con una cara que pese a las heridas por los golpes de los españoles, aún conserva la belleza y la sonrisa de un pueblo que no se deja doblegar. Ella ha sido mi paño de lágrimas y me ha ayudado a sobrellevar nuestro trágico final.


- Señorita cúbrase un poco, que se va a enfermar. -Me dice mientras me acerca una manta improvisada que hicimos con algunos faldones. Que se preocupe por mi bienestar, en medio de la violencia a la que hemos estado sometidas desde que comenzó la revuelta de nuestros compañeros comuneros me conmueve.

- Entonces ven acá a mi lado Guillermina, de esa manera nuestros cuerpos se brindarán calor. -Le digo señalando un lugar a mi derecha en el piso. Mi propuesta la sorprende, no es normal que una criolla blanca se familiarice con una mujer de color, al menos no en medio de un reinado español que lo único que nos ha traído son injusticias, desesperanza, desigualdad y una cantidad de impuestos que han desangrado a nuestros compatriotas.

- ¿Cómo se le ocurre? -Me dice renegando, al ver que no me encuentro bien decide sentarse a mi lado, para brindarme consuelo.


- Señorita puedo preguntar qué fue lo que le molesto a su amiga Manuela. -Herminda se refiere a una de mis amigas más cercanas, Manuela Beltrán.

- Son tantas cosas Guillermina, somos una de las zonas más prósperas del virreinato, pero como ya te debes haber dado cuenta, somos la región que más se ha visto afectadas por la prohibición de la siembra de tabaco y por los problemas derivados de la tenencia de la tierra. -Le comienzo a explicar.

- ¿La qué? -Me pregunta y yo me avergüenzo al entender que no he estado a la altura de lo que mi compañera necesita de mí, una explicación clara que la ayude a entender por que nos levantamos todos en el Socorro.

- Lo siento Guillermina, ¿has visto como los españoles han empezado a coger la tierra de quienes nacimos en la Nueva Granada? -Ella asiente.

- Eso es la tenencia, así como nuestra manta, que es de las dos, bueno ahora los españoles quieren hasta nuestra manta. -Le digo haciéndola reír, al ver que me detengo en la explicación me dice.

-Siga señorita.

- Bueno pues el nuevo Visitador-Regente, Juan Gutiérrez de Piñeres ha decidido crear un nuevo impuesto llamado Barlovento.

- ¿Qué importa otro impuesto más, cuando nos están matando ya sea de hambre o de manera violenta? -Me dice cansada.

- En esta oportunidad importa porque es un cobro que nos harán por cada venta que hagamos, lo que significa que no podremos comprar y consumir cosas debido a sus precios tan altos.

- Cuando vi a la señorita Manuela gritar "Viva el Rey y muera el mal gobierno" y caminar hasta la puerta de la alcaldía, arrancar y hacer como si se limpiaba el... bueno la señorita estaba ahí, pensé que me iba a desmayar de la impresión, si luego dichoso papel. -Lo que Manuela no calculo fue que en ese momento lideraría un motín contra los impuestos del visitador-regente Gutiérrez de Piñeres, más de dos mil manifestantes acudieron a la plaza del mercado y luego se agolparon frente a la residencia del alcalde.

- Manuela siempre una mujer de carácter, me pregunto donde la tendrán en este momento. -Le digo a Guillermina quien me mira con los ojos llenos de lágrimas y entiendo que la han matado, la desolación comienza a apoderarse de mi alma, pero Guillermina me toma de la mano y me dice.

- Su amiga es muy valiente, gracias a ella cientos de compatriotas están rebelándose contra el vierrey, ella es la chispa que encendió nuestros corazones. -Sus palabras me consuelan.

- Gracias. -Le digo apretando su mano.

- No hay de que. Lo que no he podido saber es, ¿qué hacía una mujer como usted en medio de la revuelta?

- Acompañaba a mi marido, que trataba de atajar a Manuela.

- ¿El hombre guapo que se interpuso entre el primer guardia y su amiga? -Me pregunta.

- Manuela me lo presentó. -Le digo.

- Es un hombre muy hermoso. -Me dice con picardía.

- Lo es, cuando lo vi entendí dos cosas. -Le digo.

- ¿Cuáles? -Me pregunta, mientras oímos a los guardias venir por nosotras lo que significa que, una vez la puerta se abra, no volveremos a esta celda, como tampoco lo hicieron las otras compañeras antes de nosotras.

- Niña, no se desespere y dígame, que entendió, por favor. -Me dice Guillermina, apretando mi mano para que centre mi atención en ella.

- Porque no había podido enamorarme antes. -Siento que comienzan a golpear los candados y el miedo comienza a recorrer mi cuerpo.

- ¿Por qué niña? -Me dice, volteando mi cara para verme a los ojos.

- Porque si yo nací de una costilla fue de la costilla de Hernando. -Le digo con lágrimas en los ojos pensando en que jamás volveré a verle.

- Pues vengo a reclamar mi costilla. -Le oigo decir desde la puerta de la celda, justo antes de verlo entrar rodeado de varios compañeros, los mismos con los que recorremos el camino de la lucha.


Nickinaihaus

Nickole Naihaus L.

Nickole Naihans L.


P.D. Quiero aclarar que es una historia de ficción producto de la creatividad mía, no pretende otra cosa que entretener al lector. Aunque si está basada en hechos históricos de la vida de la prócer Manuela Beltrán.



imagen 2: Estampilla en homenaje a Manuela Beltrán, con la imagen de una pintura de Ignacio Castillo Cervantes.

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